Esta es una continuación desde el punto de vista de Bella, espero que lo disfruten
Bella despertó unas horas después del amanecer. Lo primero
que noto fue que Edward no se encontraba
a su lado, pero asumió que había ido por el desayuno como todas las mañanas.
Se tomo unos minutos para recordar la noche anterior. Esa
noche había sido mágica, cada una de sus caricias se había marcado a fondo en
su piel, solo recordarlas le provocaban escalofríos de placer. A pesar de haber
sido una de sus mejores noches, sentía que algo no andaba bien cada vez que el
pronunciaba su nombre o rozaba su piel con sus labios, sentía como si fuera la
última noche que estaba junto a él.
Decidió no pensar en ello he ir en busca de Edward. Fue a la
cocina pero no había nadie, solo encontró una nota dirigida con su nombre en la
parte superior. En ella Edward escribió en pocas palabras el amor que sentía por ella.
Una horrible sensación se apodero de ella, oprimiendo su corazón. Supo de
inmediato que algo le había pasado a Edward por lo que corrió al dormitorio y
se vistió en lo que parecieron segundos.
Tomo su celular e intento localizar a Edward, pero, como
sospechaba, iba directo al correo de voz. Le dejo un mensaje y salió en su
búsqueda. Recorrió los alrededores de la casa pero sin suerte. Decidió volver
al pueblo y buscarlo en su oficina aunque fuera una pérdida de tiempo ya que su
auto seguía estacionado junto a la casa.
No se le ocurría otro lugar donde buscarlo ni a quien
preguntar, Edward parecía no tener familia ni amigos o al menos que ella
conociera. Lo último que le quedaba por hacer era llamar a la policía y
reportarlo como persona desaparecida
Por varios días, Bella fue parte del grupo de búsqueda,
caminando por horas entre los arboles de las montañas cercanas, llamando a su
amado a gritos hasta que su voz quedaba ronca y adolorida.
Unas semanas después encontraron una cabaña escondida en
una montaña cerca de su casa. A primera vista parecía deshabitada, pero se
percataron de que había una puerta cerrada con llave.
Luego de una hora, logaron abrir la puerta y lo que vieron
hizo que Bella se desmayara. Allí estaba su amante, irreconocible por lo
demacrado que estaba. Su cabello, siempre revuelto pero con vida, caía flácido
sobre sus ojos. Tenía barba de los días que llevaba sin afeitarse. Era horrible
verlo tan desalineado.
En cuanto Bella recobro el conocimiento unos minutos
después, corrió hacia él con la esperanza de que no sea muy tarde, pero el
rostro de su amado no mostraba ninguna señal de vida, a pesar de estar
sonriente.
***
Un año ha pasado desde la muerte de Edward. Bella jamás
superó el dolor que ese hecho dejo en su corazón, pero al menos Edward le dejó
una razón por la que levantarse todos los días y sonreír, aunque por dentro su
corazón se rompiera cada vez que veía esos ojos color verde, iguales a los de
Edward.
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